Saltar al contenido →

Lo cualitativo por encima de lo cuantitativo

Vivimos en un mundo sometido a la tiranía de las cifras. Tenemos que adelgazar «X» kilos, rebajar el déficit en «Y» euros, nos quedan «Z» días para las vacaciones y «W» años para acabar de pagar la hipoteca. Un mundo bajo la dictadura de los números es un sitio muy cruel, especialmente porque se nos ha olvidado que, en otros tiempos, la calidad siempre reinaba sobre la cantidad.

Trabajar más horas, terminar más proyectos, vender más productos y más lejos… Estas son algunas de las variantes del mantra de nuestro mundo. También forman parte de la herencia del pensamiento industrial, en el que más era siempre mejor. Esa dinámica de pensamiento nos ha conducido ahora al empacho, el agotamiento la saturación y la infelicidad.

Nos fijamos en las cifras y sin embargo los fines últimos son siempre cualitativos. Las cifras en cambio, son el mapa que nos ayuda a entender el camino y ayudarnos a ver que estamos en la dirección correcta.

Pensemos en los deportes colectivos. Los objetivos son siempre cualitativos: ganar o, por lo menos, no perder. Ganar una liga por 101 puntos no es tan diferente a ganarla por 68. Perder por un gol puede ser muy diferente a perder por diez, pero solo porque pone en cuestión nuestra confianza y nuestro sentido de la dignidad.

Podemos tener como objetivo en la vida ganar 20.000 euros al mes, poseer 2 Ferraris y 3 yates. Sin embargo, si nos miramos al espejo y jugamos a ser honestos, veremos que lo que queremos de verdad es sentirnos reconocidos, tener poder, estatus o gozar de una vida llena de emociones.

Las cifras como guía de nuestras acciones parecen definitivas, pero siempre son relativos al objetivo último. Este siempre es cualitativo.

Me imagino la historia de un amor cuantitativo: «chico de 28 años, 1,85 y 80 kilos de peso, 2 carreras universitarias y 3.500 amigos en Facebook conoce a chica de 24, 95 – 65 – 90, 8 idiomas,20 personas a su cargo y 30 pares de zapatos…» El romanticismo se me va al garete.

Si nos detenemos a pensar, nos daremos que aquello en lo que fundamentamos nuestras vidas y nuestro trabajo: nuestros valores y nuestras creencias, son esencialmente cualitativos. Sin las cifras difícilmente hubiéramos alcanzado el nivel de progreso actual y el mundo seria definitivamente un lugar mucho más inhóspito y salvaje. Sin la calidad se nos ha olvidado que es lo realmente importante para disfrutarlo.

Las cantidades nos ayudan a explicar la realidad y la calidad nos ayuda a darle sentido.

Foto: Quality? por dieselbug2007

Publicado en Artículos

3 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.