Ella vivía en la calle Fidelidad. Allí, se arremolinaban todos los que buscaban algo de luz en su oscuridad. En esa calle, las noches eran breves y pronto el rumor del amanecer dejaba paso a los gritos del mercado y ella apenas podía pegar ojo antes de volver a su vida de esquinas.
21 de noviembre de 2004
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