Mi niña duerme y sonríe
en los brazos donde crece la esmeralda
y la brisa se detiene ante ella
no quisiera despertarla.
Mi niña tiembla y sonríe
mi niña tiene un espejo en el alma,
la luna la mira y la adora,
pelea y suplica, sólo por mirarla,
le roba su dorado tiempo a la aurora.
Mi niña tiembla y despierta
y contempla la estrella que se ha quedado sola
y en sus ojos se hunde mi alma
y los rayos del alba se posan para ser su sombra.
Mi niña alza sus ojos y mira
y en sus labios mil latidos danzan
y una sonrisa suya me anuncia
bellos sonidos de mágicas aguas.
(1 de agosto de 1996)
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