Foto por Jamg_94 Some rights reserved
El «Valor añadido» (el incremento del valor de un servicio o producto creado a a través del trabajo) es concepto central en los negocios. La mayoría de las empresas intentan superar a su competencia ofreciendo una mayor cantidad de valor percibido por el cliente siguiendo una de estas estrategias:
- Ofreciendo precios más bajos por la misma solución.
- Ofreciendo una solución mejor por el mismo precio.
- Haciendo que el producto te resulte más familiar que el resto de forma que lo prefieras a otros productos similares, de la misma forma que favorecerías a un amigo frente a un extraño (y sí, de eso se trata esencialmente el branding).
La idea de “añadir valor” está tan profundamente arraigada en nuestra forma de entender nuestros trabajos que rara vez somos conscientes de ella. Para continuar siendo competitivos en nuestros trabajos nos concentramos en añadir constantemente valor a nuestros productos y carreras profesionales negligiendo muy a menudo cualquier cosa que posee valor original y esencial.
Devolviendo lo esencial al lugar que le corresponde
Paradójicamente, aquello con Valor Esencial es frecuentemente lo más difícil de valorar. El motivo es que cualquier cosa con valor esencial siempre nos es dado puesto que no puede ser comprado por ninguna cantidad de dinero: respeto, amistad, amor, atención auténtica, honestidad, paciencia, compasión… En la mayoría de negocios el valor esencial es marginado a la periferia de nuestra actividad y convertido en “valor añadido” o, como nos gusta llamarlo actualmente, “un gran servicio”. Las relaciones humanas se convierten exclusivamente en un medio para obtener un fin y el resultado es a menudo empresas bastante deshumanizadas.
Pero digamos que encontrásemos una forma de darle la vuelta a esta situación y convertir al dinero en el “valor añadido” de nuestro trabajo a la vez que volvemos a poner los valores humanos esenciales en el núcleo de nuestra actividad ¿Cómo sería?
Durante muchos años, nos hemos concentrado en obtener vidas más largas y confortables. La mayoría de nosotros vivimos ahora en condiciones que hubieran sido consideradas como más allá del lujo por cualquier Rey de la Edad Media. Si ahora nos podemos preguntar si podemos esperar algo más de la vida que simplemente “tener más” es porque hemos creado condiciones de vida que habrían resultado impensables hace 100 años. Es en este punto que podemos empezar a ser conscientes de que “tener más” de lo que realmente necesitamos no sólo está poniendo en riesgo la calidad de nuestras vidas sino la propia vida en el planeta. Es en este punto donde tenemos que reemplazar “más” por “mejor” .
Puedes pensar “Sí… si fuera tan sencillo” pero no estoy diciendo que el cambio tenga que suceder de un día para otro. Dar pequeños pasos para traer de nuevo algunos valores esenciales a nuestros lugares de trabajo no hace daño a nadie. Podemos empezar por ser más pacientes, comprensivos y agradecidos con aquellos que nos ayudan o con quien trabajamos. Algunas veces fracasaremos, pero cada vez que tengamos éxito lograremos un pequeño cambio y nada más que la suma de estos pequeños pero consistentes esfuerzos es lo que nos ayudará a valorar de nuevo como humanos lo esencial de la vida.
RT @albertonimon: Essential Value – learning how to bring back to our jobs what’s important in our lifes http://t.co/l2AFjXjuKf
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