Saltar al contenido →

La fábula de Ten

PALABRAS DE TEN

Oh tú viajero que
cuando oyes, escuchas,
cuando caminas, ves,
que el sol te regale muchos días
que los mares te traigan muchos arribos
que la noche te obsequie con muchos regresos.

INVIERNO I

Ten era Ten, Ten sólo y rodeado
Ten en camino y Ten con gente
Ten con su máscara y sus pequeñas cosas
ten desperazándose en sus paseos.

Ten siempre era Ten,
en la locura de los días,
los trenes, las sonrisas fingidas
los desengaños y
Ten era sobre todo
cuando se disfrazaba de reflejo tras la jarra de cerveza turbia.

Ten era en los amaneceres tardíos
en los mediodías lanzados
en los anocheceres ignorados
en los remordimientos baldíos.
Ten era en sus madrugadas
en sus promesas del mañana
ante el tic-tac, tic-tac
que siempre cuenta y nunca resta.

Ten huía
y no sabía de qué.
Ten quiso ser siempre
y Ten era siempre
pero él no lo sabía.

PRIMAVERA I

Ten salía a la calle
y era primavera
y Ten no supo
que él era primavera
que él era olor, color y flores
que el era miradas furtivas al pasar
y las sonrisas de tonto afortunado.

Ten ansiaba,
Ten era un eterno cosquilleo en el estómago
y traspiés que hace tambalear un mundo
Ten era aquél que corre al trabajo
y fuera de sí mismo
fuera del tiempo y el mundo.
Ten era desafinado
Ten era un mal acorde,
un infinito eco de piedra en un pozo.

VERANO I
Ten era en las noches de agosto
en los sudores compartidos
y en los susurros de las soledades a dos
Ten era la piel que pensaba y no tocaba
los labios que planeaba y no besaba.

Ten era en su camino
y en sus regresos.
Ten era un encuentro diario con el sol
con el saludo de la brisa en su cara
con el chapuzón del eco de los lagos.

OTOÑO I

Ten era hierro y era fuerte
y ten caminaba cada día al filo del abismo
Ten era un barco a punto de irse a pique
Ten navegaba, solo,
ignorando tempestades.

Ten era en la lluvia
en las hojas de despedida
Ten era tras el cristal
en su música, sus sonatas,
su preludio de invierno.

INVIERNO II

Ten huía cada día al anochecer
y un buen día
Ten pasó a ser recuerdo y sol
las palabras que nunca se dijeron
y las promesas incumplidas,
un buen día Ten,
simplemente ya no fue.

Ten era sus recuerdos
y sus olvidos
Ten era todo lo que fue
todo lo que soñó ser
Ten era las veces que se odió,
las veces que amó,
y las que se quiso por ser.
Ten era él y el que fue
Ten era todo memoria
y todo olvido.

Publicado en Poesías

Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.