Desatada en mis sueños mi musa sonríe
se desplaza fugaz y serena
por los caminos del alba hacia mi.
Acaricia el sol con sus ojos
y el día nace, en esperanza de arrancar
esos dorados destellos
de su cara de niña.
Mi musa se aleja pero sigue a mi lado
como el viento,
arrancando suspiros del cielo y de mí.
Julio de 2002
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