El que escucha en las sombras
el que se arrastra dentro de su propio yo.
El que cierra los ojos al amanecer
el que vive persiguiendo la estela
que dejaron los meses de atrás
donde todo era luz y era bueno.
Dando tumbos a pesar de saber
hacia donde se dirige el camino.
El que se olvida de ser el primero
el más amable, el más clemente
ante las dudas, las contradicciones,
los deslices…
Es duro caminar sobre un suelo hollado
que te hace avanzar en mil direcciones,
doblando tus rodillas e inclinando
tu cabeza sin saber que eres él,
el que está allí, el que sólo tiene
que erguir la espalda y poner a volar la mirada
para levantarse ligero sobre la niebla de los días.
Sombra caminante
Publicado en Poesías
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